Si te suena conocido pero no te acaba de cuadrar exactamente qué es y para qué sirve DevOps, en nuestro #TCITBlog te explicamos sus detalles. Este concepto nació hace poco más de una década, en 2009. No obstante, se ha popularizado y se ha convertido en una de las metodologías más exitosas del mundo tecnológico. 

El término DevOps, es una combinación de los términos ingleses development (desarrollo) y operations (operaciones), designa la unión de personas, procesos y tecnología para ofrecer valor a los clientes de forma constante. Es decir, es una unión entre el desarrollo de software y la administración de sistemas, con el fin de optimizar los tiempos y los productos.

El desarrollo de software es uno de los ámbitos en los que la agilidad tiene un papel cada vez más importante. DevOps, sin embargo, no es un sistema de desarrollo de software convencional, sino que va más allá: no solo cambia la creación de variantes de software, sino la manera en la que trabaja la empresa en su conjunto. Tomando una definición estricta de DevOps, se trataría, por lo tanto, de una metodología de organización empresarial que influye considerablemente en la productividad y la eficiencia del desarrollo de software.

Una característica esencial de DevOps es que hace que los equipos de desarrollo y de operaciones trabajen juntos, integrando así mejor las tareas de ambos, lo cual no ocurre en los procesos de desarrollo convencionales. De esta manera, los posibles problemas en el ámbito de las operaciones pueden ser previstos ya desde el desarrollo y, por otro lado, el equipo de operaciones se beneficia desde el primer momento del conocimiento y las novedades que surgen en el desarrollo. Estas ventajas salen a la luz especialmente cuando se tienen en cuenta los desafíos del mercado actual, dos de los cuales son la integración continua y la entrega que exigen tiempos de reacción muy cortos en el desarrollo de nuevos productos, así como de nuevas versiones y actualizaciones.

El concepto de DevOps cumple estas expectativas, puesto que permite reducir al máximo los tiempos entre cada entrega.

Automatización en el proceso de desarrollo

DevOps integra diferentes métodos ágiles que provienen del ámbito del desarrollo de software y de la informática. Para que la combinación resulte útil para la empresa, los distintos procesos de desarrollo deben ejecutarse de forma automática. Dicha automatización afecta, en muchas empresas, a los siguientes campos de trabajo:

  •   Tareas de escritura y de revisión de código, así como de combinación de snippets o fragmentos de código de programación.
  •   Herramientas para crear nuevos builds o compilaciones basadas en la generación actual de código y de versiones.
  •         Herramientas para la verificación estática y dinámica del código existente.
  •         Herramientas de documentación y publicación de versiones release (versiones finales).
  •         Herramientas de gestión de sistemas a modo de infraestructura como código (IaC)
  •         Herramientas de monitoring o seguimiento de aplicaciones
  •         Herramientas para recibir y clasificar el feedback de los clientes
  •         La introducción y optimización de las herramientas no debe tomarse a la ligera

DevOps se ha extendido de tal manera que ya existe una gran variedad de herramientas y soluciones para integrar esta metodología. Sin embargo, eso no significa que todas ellas sean adecuadas para cualquier empresa. Por eso, es muy importante evaluar en primer lugar las necesidades particulares de la empresa antes de elegir qué métodos concretos se implantarán.

Hay también una amplia gama de soluciones que se pueden implementar de forma óptima en una metodología DevOps, entre las cuales están las populares herramientas de integración continua.

La relevancia de la automatización en el proceso DevOps

La velocidad de los ciclos de producto y versiones hace prácticamente imposible gestionar sin ayuda las líneas de código que generan: en otras palabras, hay que recurrir a sistemas automatizados, especialmente cuando se trata de identificar errores. Estos sistemas ayudan, por ejemplo, a encontrar fallos sencillos o errores de lógica en el código. Además, los distintos sistemas automatizados se encargan de asegurar que la compilación, revisión y seguimiento de todo el proceso se realicen de forma sencilla, de manera que los miembros del equipo en cuestión puedan centrarse en analizar los fallos encontrados. Así, no solo se evita el lanzamiento al mercado de software defectuoso, sino que también se permite a los expertos reparar los fallos graves de forma más rápida.

Sin estas soluciones automáticas, los procesos de la metodología DevOps requerirían una gran inversión de tiempo y personal, con lo cual las ventajas de esta forma de organización perderían su valor. La única manera eficiente de implementar el sistema DevOps es, por lo tanto, acompañándola de las herramientas y soluciones adecuadas en los ámbitos de automatización y estructuración.

Ventajas de DevOps

El sistema DevOps ofrece muchas ventajas para los usuarios, compradores y productores, entre las que destacan las siguientes:

  •         Desarrollo más rápido
  •         Plazos más cortos entre actualizaciones y nuevas versiones
  •         Mayor seguridad gracias a la evaluación constante
  •         Más novedades procedentes del rápido progreso de la producción
  •         Mayor fiabilidad gracias a los tests paralelos al desarrollo
  •         Mayor seguridad gracias a la implementación de DevSecOps
  •     Mayor productividad, surgida de la mejora del trabajo en equipo, pero que se extiende más allá

Además, DevOps ofrece ventajas de desarrollo que no solo benefician a los clientes, sino que también afectan de forma positiva y directa a la empresa. El trabajo entre equipos diferentes, por un lado, proporciona un mayor sentimiento de pertenencia y mayor comprensión entre los miembros de la empresa y, por otro, evita que la forma de trabajar de cada departamento se estanque y pierda la conexión con la de los demás. De esta forma, mejora notablemente la capacidad de los equipos para resolver problemas.

La metodología DevOps supone una reestructuración importante en cada uno de los departamentos y, por lo tanto, también un cambio en las competencias y las tareas de los miembros de la empresa. Por eso, no se pueden descartar complicaciones al pasar de los métodos de desarrollo convencionales a los procesos DevOps. La dirección de la empresa debe ser especialmente consciente de la necesidad de acelerar los procesos de desarrollo sin poner en peligro la seguridad del producto final. Si esta condición ya se ha afianzado en la empresa, no hay mejor alternativa que DevOps para lograr un nivel tan alto de control a través de ciclos de producto tan cortos.

Luego, una vez tomada la decisión de integrar DevOps, es necesario planificar exhaustivamente la transición y asegurarse de disponer de las herramientas adecuadas, de forma que cada paso del proceso pueda realizarse de forma eficiente y, sobre todo, segura. Si, además, los miembros de la empresa y los equipos se familiarizan positivamente con el cambio, la nueva metodología no tardará en dar los primeros frutos. Las ofertas de software que se crean con ella podrán lanzarse al mercado más rápidamente y con actualizaciones más frecuentes. Por si eso fuera poco, su calidad también mejorará notablemente, ya que cada versión será revisada de forma mucho más exacta gracias al seguimiento y los controles automatizados, para asegurar que pueda utilizarse de manera óptima.

De esta manera, por ejemplo, pueden solucionarse de forma más rápida las posibles brechas de seguridad y los problemas de funcionamiento del software, sin que al hacerlo se generen nuevas brechas o problemas. Si bien el proceso de implementación de la metodología DevOps suele ser largo y lleno de desafíos, una vez realizada la transición, tanto la empresa como los clientes obtienen grandes beneficios de este método.