Las empresas son conscientes de que la transformación digital es una necesidad.  En nuestro país desde hace algunos años empezaron a incorporar estrategias TI para mantenerse competitivas y estar a la altura de las exigencias del mercado actual.

El impacto de las nuevas tecnologías, la gestión en los cambios de modelos de negocio y la renovación del sistema cultural en los equipos de trabajo trazan desafíos al igual que beneficios, los cuales impactan en la estrategia, recursos y costos operacionales de las organizaciones.

La transformación digital con que ingresaron las empresas chilenas a la crisis del COVID-19 es particularmente relevante, ya que estas tecnologías están jugando un rol fundamental en ayudar al sector productivo a adaptarse a la contingencia y absorber parte de sus costos, indica el estudio realizado por el Centro Economía Digital de la CCS.

En formas de trabajo, personas y cultura, las pymes presentaron en el informe brechas positivas en comparación a la de grandes empresas: se entiende que las de menor tamaño tienen mayor capacidad adaptativa, aunque las grandes empresas las superan en tecnología, manejo de datos y herramientas digitales y digitalización de procesos y toma de decisiones.

En este sentido, de acuerdo con Tomás Charad, CEO de TCIT y Director de MITI, la resistencia al cambio digital impide dar un paso hacia adelante. Una de las mejores maneras para vencerlo, es lograr identificar qué procesos necesitan las empresas para mejorar sus controles y hacer más eficientes sus operaciones con el uso de herramientas digitales. De esta manera, asesorar a los clientes con soluciones aterrizadas a las necesidades de sus proyectos es fundamental.

“La transformación que se deriva del cambio tecnológico tiene un fuerte impacto en las organizaciones también a nivel cultural, ya que hace necesario que los directivos adquieran una mentalidad de innovación para desarrollar y además, para impulsar a los equipos a la adaptación del uso de nuevas tecnologías que entregan rendimientos más eficientes” considera, Tomás Charad.

A finales del 2020, PwC reveló que los directorios han dedicado el 10% de sus sesiones a la transformación digital, pese a que un 90% de los encuestados está convencido que generaría mayores ventas, utilidades, eficiencias, sinergias y también mejoraría la lealtad de los clientes. Además, el 25% de los encuestados declara que sus líderes tienen limitaciones para gestionar procesos innovadores relevantes.

Mientras que los indicadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT indican que las empresas con mayor desarrollo digital son un 23% más eficientes que sus pares menos desarrollados y, que un 89% de todas las empresas ya han adoptado una estrategia empresarial de prioridad digital o tienen previsto hacerlo este 2021.

Desde TCIT su experiencia en consultorías de transformación digital y creación de equipos multidisciplinares para impulsar la digitalización de empresa, ha logrado minimizar los riesgos y, evitar inversiones fallidas desarrollando soluciones a la medida de las necesidades de los clientes. Trazar una hoja de ruta que implique diferentes fases es importante, de esta manera se puede implementar poco a poco y distribuir, mejor el presupuesto, sin comprometer la salud financiera del negocio.

“Para llevar a cabo un proyecto de transformación digital es necesario la combinación de talento y tecnología. Si se ha descuidado la formación del equipo de trabajo puede demorar un poco más el proceso de innovación. De la misma manera, ocurre si hablamos de la tecnología que emplea la empresa en su día a día. Hay sistemas que ya no responden a las necesidades actuales del negocio, por lo que hay que estar al día en las herramientas necesarias para impulsar su adaptación al mundo digital. Algunas de las preguntas más frecuentes que recibo es ¿Cómo solucionarlo? Considero que contar con ayuda externa es a veces necesario. Nuestra área de Outsourcing aporta con equipos especializados en el avance de procesos digitales, evitando errores y atrasos de los proyectos”, comenta el CEO.

La transformación digital supone un cambio global. Esto supone que, más allá de actualizar tecnología o renovar los procesos internos, puede llegar a suponer cambios profundos como la interacción del modelo de negocio o revisar la estructura interna de la empresa, en el que los colaboradores estén conscientes de las necesidades y ventajas de esta innovación.

Por ello, también es frecuente encontrar negocios que no están dispuestos a remodelar su empresa a estos niveles. Sin embargo, el primer paso para abordar una digitalización exitosa es estar abiertos al cambio más absoluto. Entender por qué, para qué y cómo el cambio impacta en nuestro trabajo. Lo digital no es simplemente tecnológico, es una transformación.